miércoles, 24 de noviembre de 2010

Teletransporte: ciencia ficción Y realidad

      "Teletransporte, teletransporte... Ah, ya me acuerdo, ¡era aquella cosa que hacían en Star Trek!"
Más de uno habrá pensado eso al leer el título del artículo, yo incluida, por lo menos antes de ponerme a investigar algo sobre el tema.

      Lo cierto es que, para mi sorpresa, el teletransporte es una realidad. Pero no os emocionéis, sigue sin ser el teletransporte en el que estáis pensando. Si sois de los que lo entendéis todo mejor con fórmulas hoy os vais a llevar una desilusión, pues vamos a explicar todo básicamente con palabras y (bastante) ayuda de la mecánica cuántica.
      Primero, y para no llegar a equívocos, vamos a definir lo que NO es la teletransportación cuántica. Muchos pensamos en el teletransporte como en Star Trek, es decir, que una persona desaparece en un sitio para, instantáneamente, aparecer en otro. Desgraciadamente, la mecánica no permite ese tipo de teletransporte; lo que si permite es que las propiedades de una partícula desaparezcan de un sitio y, sin pasar por un medio físico, aparezcan en otro. En realidad, y hablando de forma un poco más mundana, se hace una "copia" exacta de la partícula original: lo que se transporta no es materia, sino información. Imagina dos objetos, en dos sitios distintos, y cada uno con sus propiedades: forma, color, velocidad con la que se mueve... En este caso del teletransporte cuántico lo que pasaría sería que las propiedades de uno de los objetos desaparecerían del mismo para aparecer en el otro.

      Esto se ha comprobado con diversos experimentos que ocurre con partículas, pero ¿que pasaría si se intentase algo similar con un cuerpo humano? Podría suceder que algunas de nuestras propiedades desapareciesen de nosotros mismos y apareciesen en otro lugar pero, además de que para conseguir esto tendríamos que aislarnos totalmente (y si nos aislamos nos morimos), tendríamos muchos más problemas añadidos.
      El primer problema con el que nos encontramos es que el cuerpo humano consta de un número enorme de partículas elementales diferentes, por lo que se necesitarían gran cantidad de datos para codificar toda nuestra información. Necesitaríamos, asimismo, disponer de ese exacto número de partículas en el lugar de destino, y dotarlas de la misma información que en el origen, esto es, tu propio cuerpo. Suponiendo que hemos conseguido esto, que cada uno de estos átomos tienen exactamente las mismas posiciones relativas, energías, velocidades, etc. tenemos, amigo lector, una copia exacta de tí. El siguiente paso sería destruir el cuerpo original, para no tener la incómoda sensación de que hubiera otra copia por ahí suelta. Ahora sólo existe un "tú" (todo esto sin entrar en el problema filosófico de si, a pesar de tener exactamente el mismo cuerpo y los mismos recuerdos, eres realmente tú).
      Ahora ya tenemos el transporte hecho pero, como se puede apreciar, no es un proceso para nada instantáneo, y de ahí que no sea un teletransporte de verdad.

      Este teletransporte es teóricamente posible pero, con todo lo dicho hasta ahora, ¿tú te atreverías a someterte a este proceso? ¿Sentirías que el nuevo cuerpo eres tú mismo?

      Si queréis la nota cómica de la jornada, ved la opinión de Sheldon Cooper al respecto en este vídeo:

      http://www.youtube.com/watch?v=n1JSN6ym_sE
[es el mejor que encontré con subtítulos, pero no se puede insertar el vídeo directamente porque desactivaron la url, lo siento]

       Fun Fact: el teletransporte cuántico más largo que se ha lo grado han sido los 16 kilómetros que separan Badaling (Beijing) y Huailai (provincia de Heibei, China).

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